Estimados, y como dice el Perdíu, improbables lectores, he descubierto una historia que creo que vale la pena contar. Voy a intentar ser ordenado.
En 1971 un profesor suizo de economía, Klaus Schwab, «invitó a los principales ejecutivos europeos a un encuentro» para discutir sobre estrategia comercial. No sé si ya lo llamó entonces o se acabó llamando Foro Económico Mundial (take from the frasco, Carrasco), y se supone que «fue creado para contribuir en la resolución de problemas de nuestra época.» De una u otra forma, sea más o menos importante, quizá no estén todos los que son pero sí parece que son todos los que están: la Wikipedia dice que entre los miembros actuales están Gordon Brown, Bill Gates, Ban Ki-Moon, Henry Kissinger, Condolezza Rice, Tony Blair (yo no sé mucho de esto, pero parecen políticos más que ejecutivos, ¿no?) y otra montaña de gente. Se reúnen en Davos (Suiza) y a lo mejor habéis oído algo del Foro de Davos. Pues es esto. No parece que sea secreto o que se reúnan sin cámaras ni micrófonos como otros foros.
Resulta que en 1996 uno de los invitados era John Perry Barlow. Este joven, otra vez según la Wikipedia, es poeta, ensayista y ganadero retirado estadounidense, amén de antiguo letrista del grupo Grateful Dead (un grupo hippie con una larga historia de música y drogas, famosos por un enorme grupo de seguidores que iban con ellos de concierto en concierto por todo el país). En 1990 parece que el servicio secreto norteamericano llevó a cabo un registro y embargo a un tal Steve Jackson Games, y esto y otras redadas similares por todo el país, aparentemente sin conexión pero en realidad parece que era un operativo estatal y federal llamado Operación Sundevil, motivó que fundara junto a otros dos colegas la Electronic Frontier Foundation (EFF) para defender las libertades civiles relacionadas con la informática e internet (véase la guía legal para blogueros). Alguna de las actividades relacionadas con la EFF debió ser lo que hizo que le invitaran, pero no he encontrado referencia ni lo sé realmente. El caso es que estaba allí, y estaba invitado.
El amigo se sube al estrado el día 8 de febrero de 1996 (ahora hay que ponerse de fondo Bladerunner, o sea, su banda sonora de Vangelis), espera a que acaben esos aplausos iniciales que se le dan a todo el mundo sin saber por qué, porque todavía no han hecho nada, carraspea un poco y les dice a los colegas, tras beber un sorbito de agua:
«Gobiernos del Mundo Industrial, vosotros, cansados gigantes de carne y acero, vengo del Ciberespacio, el nuevo hogar de la Mente. [...]»
Es posible que haya grabaciones de vídeo de eso. No he buscado mucho, pero si existe y la localizo os lo haré saber. Es una pena, porque los caretos del personal debieron ser dignos de presenciarse. Y sigue: «[...] En nombre del futuro, os pido en el pasado que nos dejéis en paz. No sois bienvenidos entre nosotros. No ejercéis ninguna soberanía en el lugar donde nos reunimos. No hemos elegido ningún gobierno, ni pretendemos tenerlo, así que me dirijo a vosotros sin más autoridad que aquella con la que la libertad siempre habla. [...]».
¿Qué, cómo se te queda el cuerpo? Pues ahora viene cuando la matan: «Declaro el espacio social global que estamos construyendo independiente por naturaleza de las tiranías que estáis buscando imponernos. No tenéis ningún derecho moral a gobernarnos ni poseéis métodos para hacernos cumplir vuestra ley que debamos temer verdaderamente.»
Bueno, pues por esto se llama la Declaración de independencia del ciberespacio. Es mucho más corta que un editorial dominical. Vale la pena leerlo. Y comentarlo :-)
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